lunes, 30 de noviembre de 2015

Aeroparque

Era viernes y como todos los viernes yo entraba a la guardia al mediodía. Nos pasamos la tarde mensajeándonos. Ya nos extrañábamos.
Recibí un mensaje de Él que decía "Siempre disfruto de extrañarte, hoy no". Quería teletransportarme a su casa y abrazarlo con todas mis fuerzas. Más tarde me dijo "Te parece que mañana vaya para allá y tomemos mates?" - "Pero no vas a estar con tu hijo?" - "Sí, pero lo llevo" Mi corazón se detuvo y me sentí muy nerviosa. *Quería que conociera al hijo. Esto está yendo en serio. Qué hago? Y si le caigo mal? No quiero caerle mal*
Ya sábado yo di mil vueltas antes de salir de mi casa, estaba más nerviosa que nunca. Quedamos en encontrarnos en el Mc Donald's de Palermo. Llegué tarde, claro. Lo veo a Él en la fila para pedir, lo saludo y miro para todos lados buscando un pequeño. "Adiviná donde está" Me lo señala y estaba muy tranquilo sentado comiendo su hamburguesa. Una vez que le dieron el pedido volvimos a la mesa y me lo presenta. Yo no sabía qué decir ni que hacer. "Ahora vuelvo, voy a comprar" - "Bueno dale" le dije pero mi cabeza pensaba *No me dejes sola! Qué hago? Qué le digo? Que situación incómoda*. Quedamos ambos en silencio. "Te gusta Hora de Aventura?" - "Sí, me gusta" - "Yo tengo una remera" - "Qué lindo! Yo también tengo una remera de Jake. Y mirá, tengo un juego" - Le dí mi celular y se puso a jugar. Cuando Él volvió le conté que estábamos hablando que nos gustaba Hora de Aventura y que le había prestado mi teléfono para jugar.
Cuando terminaron de comer nos subimos al auto y le dijimos al pequeño que le teníamos una sopresa; lo llevamos a Aeroparque, a ver despegar y aterrizar los aviones. Tengo que confesar que nunca había ido, así que era nuevo para mí también.
Estuvimos un buen rato mirando los aviones y más tarde cruzamos la avenida para tomar mates mientras mirábamos el río.
No quería que se fueran, quería pasar más tiempo con ellos; la estaba pasando muy bien. Le propusimos al pequeño ir a merendar. "Qué queres merendar?" - "Mmmmh.. Lechón!" - "No podes comer lechón a esta hora cabezón, no querés una chocolatada?" - "Bueno está bien" .Y arrancamos al shopping para ir a merendar.
Una vez que merendamos los tres, le ofrecimos si quería ir al pelotero un rato; dijo que sí. Nosotros aprovechamos para charlar, abrazarnos y darnos algún que otro beso.
Ya era la hora que se volvieran a su ciudad y los acompañé a Once a tomarse el colectivo.
Camino a Once Él le pregunta al pequeño "Te gusta que Lu sea la chica que me de la mano?" *mi corazón hizo vacío y creo que debo haberme puesto pálida - más pálida que de costumbre -* "Sí" respondió. Respiré.
Los dejé enfrente de la parada del colectivo y me despidieron.
Me volví a mi casa con una sonrisa de oreja a oreja, plena, feliz. *Lo amo. Sí, lo amo. Estoy enamorada. Quiero pasar mis días con Él. Es Él el hombre que quiero a mi lado.*
No podía decírselo; tenía que encontrar una manera para sugerírselo. No quería que se asustara

Había encontrado el amor. Y no iba a dejarlo pasar.

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