sábado, 19 de diciembre de 2015

Seis de Agosto


Le insistí tanto que accedió a que fuera a su casa ese jueves. Me acuerdo que llovía muchísimo y esa mañana me fui a hacer análisis de sangre. Al mediodía paró la lluvia y me fui a su ciudad. Cuando llegué no me recibió con un beso; Él estaba decidido a terminar todo. Después de ir a comprar yerba, una charla y un par de mates tuvimos el momento más hermoso que habíamos tenido hasta el momento. "Te amo Lu". Mi corazón y mi cuerpo se paralizaron y cuando reaccioné lo besé.
Acostados en la cama, mirándonos, hizo la pregunta. "Querés ser mi novia?" - Yo lo miro, sonrío - "En serio me estás preguntando?" - Muy serio me dijo que sí. - "Si, quiero ser tu novia"
Más tarde le confesé que yo también lo amaba y que se lo había insinuado el día de la pelea; Él me dijo que se asustó un poco cuando se lo dije ese día.
Fue un seis de agosto, a 90 kilómetros de la Capital, en un pequeño gran infierno.
Éramos dos adolescentes, de 23 y 25 años, felices.
No faltaba nada. No sobraba nada. Era todo perfecto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario